EL EXPRESIDENTE FELÓN PIERDE MÁS DE MIL VOTOS AL DÍA

Luis María ANSON

No pensaba yo que Carlos Puigdemont estaba perdiendo votos. Más bien al revés. Pero la rigurosa encuesta que publica La Razón resulta incuestionable. Desde las elecciones autonómicas celebradas el 21 de diciembre de 2017, Carlos Puigdemont ha perdido 1.268 votos al día, 38.058 al mes y, en total, supera ya los 152.233.

Si eso fuera así, el expresidente trilero continuará luchando desesperadamente por ser investido al frente de la Generalidad, relegando la solución de nuevas elecciones, que es lo que acariciaba según gentes de su entorno. Elsa Artadi entre tanto está al acecho porque saborea ya las mieles del poder en la cumbre del Gobierno catalán.

La encuesta de La Razón, que tan gravemente afecta al prófugo, ofrece también unos datos que no se deben marginar. El bloque secesionista, que en las elecciones de 2017 alcanzó el 47,5%, ha retrocedido hasta el 44,3%, es decir, cada día está más lejos de la mayoría absoluta. Y no es que yo crea que esa mayoría, de producirse, signifique campo abierto para el separatismo. El artículo 168 de la Constitución exige, como es lógico en asunto de tanta gravedad, mayoría cualificada del Congreso de los Diputados de dos tercios, y además por dos veces. En todo caso, la decisión final sobre la secesión catalana se sometería a referéndum de todos los españoles, libres e iguales ante la ley.

Pero dejemos a un lado las especulaciones sobre el destino del expresidente felón y del secesionismo catalán. La certeza más clara de todo lo que ha ocurrido en el último año es que se ha emborronado la imagen de España, que era la de una democracia pluralista plena e intachable. Y que se ha hecho un daño considerable a la economía catalana y de rechazo a la del resto de España.

Luis María ANSON